Nos asombraron las declaraciones del Canciller de Austria, Sebastian Kurz, en las que se refería a Turquía "como el lugar más adecuado" para los refugiados afganos en una entrevista a un periódico. En primer lugar, Turquía no es un país vecino de Afganistán como se refiere el Canciller Kurz.

En lugar de hacer hincapié en el esfuerzo común y la cooperación para abordar el problema de la migración irregular, un reto común que afecta a todo el mundo; adoptar la actitud de que "los migrantes no vendrían aquí si pudieran ir a otro lugar" no sólo es una actitud egoísta, sino que tampoco beneficia a nadie. Turquía no asumirá una crisis migratoria masiva que surja en la región y no soportará una nueva ola migratoria. Al tiempo que transmitimos nuestro planteamiento a nuestros interlocutores en todas las ocasiones y niveles, reiteramos que Turquía no será el guardia de la frontera ni el campo de refugiados de la Unión Europea.

Al igual que otros países de la UE, Austria es parte de la Convención de la ONU sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951. Austria, de acuerdo con sus obligaciones internacionales y el acervo de la UE, tiene que proporcionar protección internacional a los refugiados afganos. Turquía no asumirá en ningún caso las obligaciones internacionales de terceros países.

Por lo tanto, en lugar de buscar una solución en Turquía, sería más beneficioso para los países europeos que están preocupados por la crisis migratoria masiva, tratar directamente con Afganistán y los países vecinos y reflexionar sobre la lucha contra la migración irregular y el tráfico de personas, así como, la integración de los migrantes regulares en la sociedad en la que viven.