La resolución adoptada hoy (25 de febrero) por la Cámara de Representantes de los Países Bajos pidiendo al Gobierno que reconozca los sucesos de 1915 como genocidio, es un intento nulo de reescribir la historia con motivos políticos. Los parlamentos no pueden escribir la historia ni pueden actuar como tribunales. Los diputados que participan en esta resolución actúan con la ambición de ganar votos, en lugar de esforzarse por revelar los hechos de los sucesos de 1915.

Hacemos un llamado a los firmantes de la resolución para que estudien la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio y las sentencias pertinentes de la CEDH (Convención Europea de Derechos Humanos), y para que apoyen los esfuerzos para tener una mejor comprensión de esta cuestión histórica. Nuestra propuesta de formar una Comisión Histórica Conjunta, que aún no ha sido respondida por Armenia, es el intento más destacado en este sentido.

Esperamos que el Gobierno holandés adopte una postura que respete el estado de derecho.

Sería más apropiado que la Cámara de Representantes de los Países Bajos dedicara sus esfuerzos a abordar los crecientes fenómenos de racismo, islamofobia y xenofobia a los que se enfrenta diariamente la comunidad turca en los Países Bajos, así como las prácticas discriminatorias que han culminado recientemente con la dimisión del Gobierno, en lugar de adoptar con frecuencia resoluciones antiturcas alejadas de la realidad.